Ante la falta de información de muchas de las valiosas intervenciones realizadas en el Aula Sinodal, transcribimos aquí dos textos, que presentaron el Obispo de Oruro, Bolivia y la presidenta del Consorcio de Medicos Católicos de Rumania, respectivamente.
Ambos tienen un valor muy importante en estas circunstancias.
LA
IGLESIA NO PUEDE CLAUDICAR
PARA
PONERSE A TONO CON EL MUNDO
Ponencia
de Monseñor Krzysztof J. BIALASIK SVD
Obispo de la Diócesis de Oruro, Bolivia
Presidente de la Fundación de Vida y Familia
Santo
Padre, Padres Sinodales
En Bolivia, la familia siempre fue y es un don
fundamental. En los últimos años, algunas corrientes sociales, políticas y
farmacéuticas, promovidas y financiadas por las organizaciones
mundiales, implementaron ideologías anti-vida y anti-familia, que el Papa Juan
Pablo II llamaba “cultura de la muerte”. Estas siguen amenazando el bien
fundamental de toda la humanidad. No podemos callar esta triste realidad.
Es necesario educar a los jóvenes,
particularmente a los que desean formar la familia en la firme base de un
matrimonio sacramental, para que aprecien este don matrimonial y familiar y,
sepan fortalecer y protegerlos en todo sentido.
Por eso, el tiempo de preparación matrimonial, es
la etapa más importante para la validez y firmeza de la familia.
El noviazgo podría ser – al matrimonio, lo que el
seminario – al sacerdocio: un camino de preparación y no de deformación. Hay
que recuperar una pastoral del noviazgo como garantía básica
de una futura familia estable en la fe cristiana.
Para ello es necesaria la catequesis sobre
esta etapa de vida y sobre la santa Pureza desde toda su limpieza moral y
dignidad humana, sin ocultar que el Pecado existe.
Es muy importante superar el temor a
catequizar sobre la castidad (por no parecer “raros” a los
ojos del mundo) al igual que la adhesión a las corrientes que, sutilmente,
sustituyen el valor de la pureza por expresiones secularizadas tales como
“sexualidad madura”, “conocimiento interior” , “el modernismo”, “el
relativismo”, “la liberación sexual”, “la ideología del género”… etc, que sólo
plantean confusión y afianzan a los jóvenes en seguir el camino de la impureza
con justificantes que drogan su conciencia.
Y también debe alentarse a los jóvenes a tener la
valentía y personalidad siguiendo a Cristo y no a la moda de la masa.
Se debe insistir sobre la importancia de CASTIDAD
que es sinónimo de VIDA. Predicar sobre la castidad es
defender la vida desde la concepción, y ¿por qué? … pues sencillamente porque
la mayoría de los abortos son consecuencia de relaciones sexuales fuera del
matrimonio y particularmente en el tiempo de juventud muy temprana.
Es necesario:
·
Recuperar el
impulso evangelizador tal como
los hizo Jesucristo.
·
Catequizar
desde la enseñanza moral de la
Iglesia
·
Presentar la
Belleza del Matrimonio Sacramental y de la Familia.
·
Recordar, de
forma concreta, que todo uso del sexo fuera del matrimonio es el Pecado mortal.
Y que la castidad es la puerta que salva la vida del peor holocausto de la
historia que es el aborto.
·
Expresar
que el matrimonio es solo posible entre hombre y mujer, y que el
ejercicio de la homosexualidad es aberrante por ser contrario a la naturaleza.
·
Exhortar a
que el verdadero y ÚNICO AMOR radica en imitar a Cristo.
Y, sobre todo: recuperar la llamada a
la CONVERSIÓN del Corazón. La Iglesia no puede claudicar para ponerse a
tono con el mundo.
Hay que invertir esfuerzos:
Menos obsesión por
poner parches al pecado y, más devoción por recuperar un mensaje
claro de Jesucristo para la SALVACIÓN de las almas; pues la actual conciencia
dormida, drogada, o auto-pervertida, es el camino más rápido para llegar a la
eterna condenación de muchas almas.
La IGLESIA, tiene que obedecer a Dios y no a los
hombres.
Salvar al hombre es nuestra misión.
Dixit.
____________________________________________________________
EN ESTE MUNDO EL MAL
PROVIENE DEL PECADO,
NO DE LA DISPARIDAD DE
INGRESOS O DEL “CAMBIO CLIMÁTICO”
PONENCIA
DE LA DOCTORA Anca María CERNEA
del
Centro de Diagnóstico y Tratamiento Víctor Babes y presidenta de la Asociación
de Médicos Católicos de Bucarest (Rumania)
Santidad,
Padres Sinodales,
Hermanos:
Represento a la Asociación de Médicos Católicos
de Bucarest.
Pertenezco a la Iglesia Católica rumana de rito
griego.
Mi padre era un dirigente político cristiano
que estuvo encarcelada durante diecisiete años por los comunistas. Aunque mis
padres estaban comprometidos para casarse, no pudieron hacerlo hasta 17 años
después.
Durante todos aquellos años, mi madre esperó a mi
padre, sin saber siquiera si estaría aún vivo. Fueron heroicamente fieles a
Dios y a su compromiso.
Su ejemplo demuestra que la gracia de Dios puede
sobreponerse a unas circunstancias sociales terribles y a la pobreza material.
Los médicos católicos que defendemos la vida y la
familia vemos que, ante todo, nos encontramos en una batalla espiritual.
La pobreza material y el consumismo no son la
causa primera de la crisis de la familia.
La causa primera de la revolución sexual y
cultural es ideológica. Nuestra Señora de Fátima dijo que los errores de Rusia
se propagarían por todo el mundo.
Se hizo primero de forma violenta, con el
marxismo clásico, matando a decenas de millones de personas.
Ahora se hace mediante el marxismo cultural. Hay
una continuidad, desde la revolución sexual leninista, a través de Gramsci y de
la Escuela de Frankfurt, hasta la actual ideología de los derechos homosexuales
y de género.
El marxismo clásico pretendía rediseñar la
sociedad adueñándose por medios violentos de la propiedad.
Ahora la revolución va más lejos: pretende
redefinir la familia, la identidad sexual y la naturaleza humana.
Esta ideología se hace llamar progresista, pero
no es otra cosa que la tentación de la serpiente antigua para que el hombre se
haga el amo, reemplace a Dios y organice la salvación en este mundo.
Es un error de naturaleza religiosa; es
gnosticismo.
Los pastores tienen la misión de reconocerlo y de
alertar al rebaño de este peligro.
“Buscad, pues, primero el Reino y su justicia, y
todo eso se os dará por añadidura”.
La misión de la Iglesia es salvar almas. En este
mundo el mal proviene del pecado. No de la disparidad de ingresos ni del
“cambio climático”. La solución es: Evangelización. Conversión.
No un dominio cada vez mayor por parte de las
autoridades. No un gobierno mundial. Esos son hoy en día los agentes
principales de la imposición del marxismo cultural, por medio del control de la
natalidad, la salud reproductiva, los derechos de los homosexuales, la
ideología de género, etcétera.
Lo que el mundo necesita hoy en día no es que se
limite la libertad, sino libertad verdadera, liberación del pecado. Salvación.
Nuestra Iglesia estuvo prohibida durante la
ocupación soviética. Pero ninguno de nuestros doce obispos traicionó la
comunión con el Santo Padre. Nuestra Iglesia sobrevivió gracias a la
determinación y el ejemplo de nuestros obispos, que resistieron en las cárceles
y entre el terror.
Nuestros prelados pidieron a los fieles que no
siguieran al mundo. No que cooperan con los comunistas.
Ahora necesitamos que Roma le diga al mundo:
“Arrepentíos de vuestros pecados y volved a Dios, porque el Reino de los Cielos
está cerca”:
No sólo nosotros los católicos laicos, sino
también muchos cristianos ortodoxos están rezando fervorosamente por este
Sínodo. Porque, como ellos dicen, si la Iglesia Católica se entrega al espíritu
de este mundo, será muy difícil para todos los demás cristianos resistirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario