EL ESCUDO o DISTINTIVO
DE LA ACCIÓN CATÓLICA
ARGENTINA
Algunos rasgos heráldicos
que sintetizan la identidad y la mística de esta asociación de laicos, y que es
bueno recordar al celebrarse la XXVIII Asamblea Federal de la ACA en Bahía
Blanca (10-12 de octubre de 2015)
El escudo de la ACA
fue creado en 1934 y, desde entonces, identifica claramente a la Acción
Católica Argentina. Su única arma es la Cruz, en este caso latina, símbolo por
antonomasia del cristiano, símbolo que en la actualidad quiere ser desterrado.
Es el emblema del amor del Redentor, el recuerdo de su muerte y gloriosa
resurrección, “árbol que nos dio la Vida”. Hoy
pareciera que asistimos a la desaparición pública progresiva del símbolo de la
Cruz. Desaparece de las casas de los vivos y de las tumbas de los muertos, y
desaparece sobre todo del corazón de muchos hombres y mujeres a quienes
molesta. Esto no nos debe extrañar, pues ya en los tiempos evangélicos San
Pablo hablaba de falsos hermanos que querían abolir la Cruz (Flp. 3, 18).
Además, son de
destacar los colores elegidos para nuestro escudo, muy bien precisados por la
heráldica:
* el campo en metal de plata,
que nos habla de la integridad, de la verdad, la pureza, la firmeza y la
vigilancia;
* y la Cruz que tiene
un esmalte azur (azul), color que en heráldica está asociado a
la justicia, la lealtad, la caridad, la devoción a María Santísima y es símbolo
de la verdadera inteligencia.
* ambos colores (el
plata o blanco y el azul) aunados son los propios de la bandera argentina.
En la celebración de
la oficialización, rito en el cual la Iglesia impone este escudo, el militante
de la Acción Católica se compromete pública y específicamente en este
apostolado seglar católico, y el escudo nos recuerda ese compromiso de trabajar
por la Paz de Cristo en el Reino de Cristo, que fuera el lema del fundador
de la A.C. actual, el Papa Pío XI.
Como lo precisa muy
bien el Decreto Apostolicam Actuositatem del Concilio Vaticano II (que este año
2015 cumple 50 años de la firma de Pablo VI), “la Acción Católica tiene como
fin el mismo fin de la Iglesia, esto es evangelizar y santificar a los hombres,
formando rectamente sus conciencias a fin de embuir del espíritu del Evangelio
las diversas comunidades y los distintos ambientes” (n.20)
El Papa Benedicto XVI recordaba, hace cuatro años, a la Acción Católica sus
características propias como asociación de laicos católicos: “una asociación de
seglares que tiene la misma finalidad apostólica de la Iglesia, que colabora
con la jerarquía, que se manifiesta como cuerpo orgánico y que recibe de la
Iglesia un mandato explícito”.
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