LAS POSTRIMERÍAS
Como un anuncio de la conclusión del año litúrgico
–en la solemnidad de Cristo Rey-
la Iglesia lee los versículos de San Marcos (cfr, 13, 24-32):
“Y se
verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes,
lleno de
poder y de gloria.
Aprendan
esta comparación, tomada de la higuera:
cuando
sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas,
ustedes
se dan cuenta de que se acerca el verano.
Así
también, cuando vean que suceden todas estas cosas,
sepan que
el fin está cerca, a la puerta”
El Juicio Final en la Capilla Sixtina del Vaticano
"Et exspécto resurrectiónem mortuórum.
Et venturi saéculi"
(últimos artículos del Credo)
Et venturi saéculi"
(últimos artículos del Credo)
DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
1040 El Juicio final sucederá cuando vuelva Cristo glorioso.
Sólo el Padre conoce el día y la hora en que tendrá lugar; sólo Él decidirá su
advenimiento. Entonces Él pronunciará por medio de su Hijo Jesucristo, su
palabra definitiva sobre toda la historia. Nosotros conoceremos el sentido
último de toda la obra de la creación y de toda la economía de la salvación, y
comprenderemos los caminos admirables por los que su Providencia habrá
conducido todas las cosas a su fin último. El Juicio final revelará que la
justicia de Dios triunfa de todas las injusticias cometidas por sus criaturas y
que su amor es más fuerte que la muerte (cf. Ct 8, 6).
1041 El mensaje del Juicio final llama a la conversión
mientras Dios da a los hombres todavía "el tiempo favorable, el tiempo de
salvación" (2 Co 6, 2). Inspira el santo temor de Dios. Compromete
para la justicia del Reino de Dios. Anuncia la "bienaventurada
esperanza" (Tt 2, 13) de la vuelta del Señor que "vendrá para
ser glorificado en sus santos y admirado en todos los que hayan creído" (2
Ts 1, 10).
1042 Al fin de los tiempos el Reino de Dios llegará a su
plenitud. Después del Juicio final, los justos reinarán para siempre con
Cristo, glorificados en cuerpo y alma, y el mismo universo será renovado:
La
Iglesia [...] «sólo llegará a su perfección en la gloria del cielo [...] cuando
llegue el tiempo de la restauración universal y cuando, con la humanidad,
también el universo entero, que está íntimamente unido al hombre y que alcanza
su meta a través del hombre, quede perfectamente renovado en Cristo» (LG
48).
1043 La sagrada Escritura llama "cielos nuevos y tierra
nueva" a esta renovación misteriosa que trasformará la humanidad y el
mundo (2 P 3, 13; cf. Ap 21, 1). Esta será la realización
definitiva del designio de Dios de "hacer que todo tenga a Cristo por
Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra" (Ef
1, 10).
1044 En este "universo nuevo" (Ap 21, 5), la
Jerusalén celestial, Dios tendrá su morada entre los hombres. "Y enjugará
toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni
fatigas, porque el mundo viejo ha pasado" (Ap 21, 4; cf. 21, 27).
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