LAS DOS VENIDAS
(de las Catequesis de San Cirilo de Jerusalen, siglo II)
Les anunciamos la venida
de Cristo, y no sólo una, sino también una segunda que será sin duda mucho más
gloriosa que la primera. La primera se realizó en el sufrimiento, la segunda
traerá consigo la corona del Reino.
Porque
en Cristo casi todo presenta una doble dimensión.
- Doble
fue su nacimiento: uno, de Dios, antes de todos los siglos; otro, de la Virgen,
en la plenitud de los tiempos.
- Doble
su venida: una en la oscuridad y calladamente, como lluvia sobre el césped; la
segunda, en el esplendor de su gloria, que se realizará en el futuro.
- En la
primera venida fue envuelto en pañales y recostado en un pesebre; en la segunda
aparecerá vestido de luz.
- En la
primera sufrió la Cruz, pasando por encima de su ignominia; en la segunda
vendrá lleno de poder y de gloria, rodeado de todos los ángeles.
Por lo
tanto, no nos detengamos sólo en la primera venida, sino esperemos, en
vigilante espera, la segunda.
Y así
como en la primera dijimos: “Bendito el que viene en nombre del Señor”, en la
segunda repetiremos lo mismo cuando, junto con los ángeles, salgamos a su
encuentro y lo aclamemos adorándolo y diciendo de nuevo: “Bendito el que viene
en nombre del Señor”.
Por
eso, la fe que hemos recibido por tradición nos enseña a creer en Aquel que
subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre. Y de nuevo vendrá con
gloria, para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin.
Vendrá,
por tanto, Jesucristo desde el cielo, vendrá glorioso en el último día. Y
entonces será la consumación de este mundo, y este mundo, que fue creado al
principio, será totalmente renovado.
¡VEN
SEÑOR JESÚS!
(Las imágenes son del Nacimiento del Señor en la Fachada de la Natividad de la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona y Cristo con la Cruz en la Plaza de San Pedro, en Roma)
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