ADVIENTO: UN NUEVO
LLAMADO A LA CONVERSIÓN, EN ESTE AÑO DE LA MISERICORDIA
CARTA
PASTORAL
del Obispo
de Lincoln, Nebraska, USA Monseñor James
Conley
¡CONVERSI AD DOMINUM!
Miércoles, 25 de noviembre A.D. 2015
Queridos hermanos en el Señor que viene:
En los primeros siglos de la Iglesia, los
obispos y sacerdotes que predicaban observaban una hermosa costumbre: al final
de cada homilía o sermón proclamaban a los fieles "Conversi ad Dominum!" ("Volveos al Señor").
En 2008, el Papa Benedicto XVI explicó esta
costumbre en la Iglesia primitiva diciendo, "fundamentalmente, esto implicó
una exhortación a la vida interior: la conversión, el giro de nuestra alma
hacia Jesucristo y así hacia el Dios vivo".
El Papa Benedicto XVI escribe que "Conversi ad Dominum!" nos recuerda
"que siempre debemos apartarnos de
los caminos equivocados, en los que nos desviamos tan a menudo en nuestros
pensamientos y acciones. Debemos volver siempre de nuevo hacia Él que es el
Camino, la Verdad y la Vida. Debemos convertirnos siempre de nuevo, volviendo
con toda nuestra vida hacia el Señor ".
Cada uno de nosotros -el Papa Benedicto XVI
nos recuerda- está en la necesidad de la conversión constante. Estamos llamados
a seguir a Jesús con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerzas. Y, sin
embargo, en los retos del día a día de la vida familiar, o el sacerdocio, o la
consagración religiosa, podemos llegar a estar distraídos. Podemos desviarnos
del Evangelio. Podemos empezar a caminar por senderos falsos o simplemente caer
en la complacencia con el statu quo de nuestras vidas.
Conversi
ad Dominum!
Cada uno de nosotros necesita este recordatorio para examinar nuestros
corazones. Cada uno de nosotros tiene que ser llamado de nuevo a la conversión.
Cada uno de nosotros tiene que comenzar de nuevo.
La Iglesia nos ofrece el tiempo litúrgico del
Adviento que nos llama de nuevo a la conversión. El Adviento es un tiempo de
preparación para la venida del Señor en la Navidad. Sin duda, Cristo está ya
encarnado en este mundo, ya ha llegado en la historia, y ya está presente en la
Iglesia y en la Eucaristía.
Adviento, por lo tanto, es un tiempo para
preparar nuestros corazones para recibir la presencia de Dios de nuevo, cada
vez más profundamente. Como si fuera la primera vez, Adviento es un tiempo de
conversión. Un tiempo para examinar nuestros corazones y mentes. Un tiempo para
confesar nuestros pecados.
Tiempo de echar fuera viejos hábitos, y tomar
nuevas decisiones. El Adviento es un tiempo para sumergirnos completamente en
la Palabra de Dios y en los santos sacramentos de la Iglesia, con el fin de
conocer y seguir a Jesús, nuestro Rey.
La Iglesia nos ofrece el tiempo de Adviento
para preparar nuestros corazones, nuestras familias y nuestro mundo para dar la
bienvenida a Jesús de nuevo.
El Adviento es un tiempo para volvernos hacia
el Señor. En su familia, deseo que Cristo en este Adviento esté presente: abriendo
las Escrituras juntos, leyendo el relato de la venida de Cristo, y la profecía
de Isaías, la del amor de Dios en San Mateo….
Es mi deseo que vuestra familia pase un
tiempo ante el Santísimo Sacramento juntos.
Espero que, durante el Adviento, sus familias
pueden asistir a Misa más a menudo, juntos, y que cada uno de nosotros pueda
examinar su corazón, y volverse hacia el Señor en el sacramento de la Penitencia,
sobre todo al comenzar este año jubilar de la Misericordia desde el próximo 8
de diciembre
Nos dirigimos hacia el Señor porque Él viene,
siempre nuevamente, en nuestras vidas, y nos llama más profundamente a
sumergirnos en el misterio del
discipulado cristiano.
El Señor viene y nos llama a cada uno de
nosotros a ser santos.
La Iglesia, con su Sagrada Liturgia, nos
invita a convertirnos con más frecuencia al Señor.
En este Adviento, en la Catedral de Cristo Resucitado
en Lincoln, será, una vez más, celebrada la Santa Misa ad orientem (mirando
hacia el este) mirando hacia Cristo, en la Cruz, y, muy especialmente,
volviéndose hacia el Señor en el Santísima Eucaristía.
En las parroquias de la Diócesis de Lincoln,
de acuerdo a la discreción del pastor, otros sacerdotes también celebrarán la
Misa ad orientem este Adviento, volviéndose hacia el este, anticipando la
venida del Señor en la Navidad.
Esto será como un recordatorio a cada uno de
nosotros, que toda nuestra Iglesia debe "volverse hacia el Señor," de
pie juntos, mirando a Cristo, que va a transformar nuestras vidas.
Que el Adviento sea un tiempo de conversión
bendita para cada uno de ustedes y para sus familias, un momento de
convertirnos una vez más hacia el Señor.
Que Cristo renueve sus corazones y renueve
sus mentes. Que puedan descubrir a Cristo de nuevo, en la Sagrada Escritura y
en la vida sacramental de la Iglesia.
Que cada uno de nosotros desee y pueda volverse
al Señor.
Conversi ad Dominum!
+ Monseñor James Conley
Obispo de Licoln, Nebraska.
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