TE DEUM
Al concluir el año 2015
y comenzar el 2016
Al concluir el año
civil, la Iglesia canta el solemne himno del “Te Deum”, expresando así que toda
la Creación y la propia Iglesia reconocen que el tiempo y la eternidad
son de Dios y a Él
pertenecen.
En su texto alaba al
Señor y confía en su Providencia, conjugando fe y esperanza.
Este Cántico es uno
de los primeros himnos cristianos.
Se atribuye a San
Ambrosio de Milán y San Agustín de Hipona.
Sus orígenes se remontan
a comienzos del siglo IV
Es bueno recitarlo al
finalizar el año y comenzar otro año nuevo.
Texto original en
latín
Te Deum laudamus:
te Dominum confitemur. Te aeternum Patrem, omnis terra veneratur. Tibi omnes angeli, tibi caeli et universae potestates: tibi cherubim et seraphim, incessabili voce proclamant: Sanctus, Sanctus, Sanctus Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt caeli et terra maiestatis gloriae tuae. Te gloriosus Apostolorum chorus, te prophetarum laudabilis numerus, te martyrum candidatus laudat exercitus. Te per orbem terrarum sancta confitetur Ecclesia, Patrem immensae maiestatis; venerandum tuum verum et unicum Filium; Sanctum quoque Paraclitum Spiritum. Tu rex gloriae, Christe. Tu Patris sempiternus es Filius. Tu, ad liberandum suscepturus hominem, non horruisti Virginis uterum.
Tu, devicto
mortis aculeo,
aperuisti credentibus regna caelorum. Tu ad dexteram Dei sedes, in gloria Patris.
Iudex crederis
esse venturus.
Te ergo
quaesumus, tuis famulis subveni,
quos pretioso sanguine redemisti. Aeterna fac cum sanctis tuis in gloria numerari.
Salvum fac
populum tuum, Domine,
et benedic hereditati tuae. Et rege eos, et extolle illos usque in aeternum. Per singulos dies benedicimus te; et laudamus nomen tuum in saeculum, et in saeculum saeculi.
Dignare, Domine, die isto
sine peccato nos custodire. Miserere nostri, Domine, miserere nostri.
Fiat misericordia tua, Domine, super nos,
quem ad modum speravimus in te. In te, Domine, speravi: non confundar in aeternum. |
Traducción al
español
A Ti, oh Dios, te
alabamos,
en Ti, Señor, confiamos. A ti, eterno Padre, te venera toda la Creación.
Los ángeles
todos, los cielos
y todas las potestades
te honran.
Los querubines y serafines te cantan sin cesar: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios de los ejércitos. Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria. A Ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles, la multitud admirable de los profetas, el blanco ejército de los mártires.
A Ti la Iglesia
santa,
extendida por toda la tierra, te aclama: Padre de inmensa majestad, Hijo único y verdadero, digno de adoración, Espíritu Santo, defensor.
Tú eres el Rey de
la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre. Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las
cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el Reino de los Cielos. Tú sentado a la derecha de Dios en la gloria del Padre.
Creemos que un
día has de venir como Juez.
Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre. Haz que, en la gloria eterna, nos unamos a tus santos.
Salva a tu
pueblo, Señor,
y bendice tu heredad. Sé su Pastor y ensálzalo eternamente.
Día tras día te
bendecimos
y alabamos tu Nombre para siempre, por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor,
en este día
guardarnos del pecado. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de Ti. En Ti, Señor, confiamos, no nos veremos defraudados para siempre. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario