ENDEREZCAN LOS SENDEROS SINUOSOS
“Una voz grita
en el desierto:
Preparen el camino al Señor, allanen sus senderos'.
(Mc.1, 2)
“Dios dispuso que sean aplanadas las altas montañas
y las
colinas seculares,
y que
se rellenen los valles hasta nivelar la tierra,
para
que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios”.
(Baruc 5, 8)
Que esta segunda luz que encendemos,
en este
tiempo del Adviento
sea reflejo
del resplandor del rostro del Altísimo
para los
que viven en tinieblas
y en
sombras de muerte.
Que este
símbolo de Luz ilumine nuestras vidas,
y nos
haga percibir nuestro orgullo, nuestra vanidad y nuestro antiguo egoísmo
para que,
“allanados los valles profundos y enderezados los caminos sinuosos”,
acudamos
a adorar a Quien viene,
en la
humildad de la carne y en el esplendor de la gloria.
“Veni, Emmanuel
splendor lucis aeternae, et sol justitiae:
veni, et illumina sedentes in tenebris, et umbra mortis”.
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