Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

11 de marzo de 2015

LA TEOLOGÍA: Ciencia de Dios, ciencia de la fe y ciencia de la salvación

LA TEOLOGÍA: “Scientia Dei, Scientia Fidei, Scientia Salutis"



La Teología es “ciencia de Dios” en la medida en que es una participación racional en el conocimiento que Dios tiene de Sí mismo y de todas las cosas. Y, a la vez, “como ciencia de Dios”, la Teología busca entender racional y sistemáticamente la Verdad salvadora de Dios”. Por eso es también llamada “ciencia de la salvación”

La Teología  es verdadera “ciencia de la fe”. Y como tal es un verdadero reto, que los grandes pensadores cristianos han afrontado con la humildad que requiere una empresa semejante, conscientes de que la razón nunca podrá llegar a “razonar” todas las profundidades del misterio de Dios. Y conscientes, también, de que para que la razón se mueva adecuadamente en estos caminos, necesita recibir la luz que le viene al hombre de la adoración.

Todos los grandes teólogos han sido grandes y humildes adoradores. Y así recibieron el don de la Sabiduría  

En cuanto es intrínsecamente dependiente de la fe, la teología sólo puede ejercerse in medio Ecclesiae, en el seno mismo de la Iglesia. El teólogo católico se sitúa bajo la Palabra de Dios transmitida en la Iglesia por la Tradición apostólica. La fe de la Iglesia es, por tanto, para él “su fuente, contexto y norma”.

El teólogo se esfuerza, por medio de la reflexión, en llegar a una inteligencia más profunda de los misterios (especialmente el Cristológico y el Trinitario) que ya ha aceptado por su fe; pero lo que para un simple fiel es objeto de asentimiento, para el teólogo se convierte en objeto de reflexión, y lo que el simple fiel afirma como verdadero, el teólogo lo considera como objeto de inteligibilidad.

Las tres fuentes de la Teología católica

Las fuentes de la Teología son, la Sagrada Escritura, la Tradición de la Iglesia y el Magisterio auténtico.

1. La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo. La Escritura debe ser el alma de la Teología y es la base de las afirmaciones teológicas. Por eso la exégesis hace posible una profundización y un rejuvenecimiento de la Teología.
Sin embargo, la S.E. debe estar unida a la Tradición para entregar el recto sentido de los textos.

2. La Tradiciónde la Iglesia: refleja la vida intelectual, orante y litúrgica de la Iglesia. Es anterior a la Escritura misma y mantiene con ella una profunda relación. Está formada por un conjunto de testimonios que dan razón de la fe de la Iglesia.

La Tradición y la Escritura están estrechamente unidas, manan de la misma fuente. La Iglesia no saca exclusivamente de la Escritura la certeza de lo revelado, porque la Tradición recibe la Palabra de Dios (encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los apóstoles) para que ellos (iluminados por el Espíritu) la conserven, expongan y difundan.

Los lugares donde podemos encontrarla son los escritos de los Santos Padres, Actas de mártires, autores místicos, enseñanzas de las conferencias episcopales, la legislación canónica, sensus fidelium, etc.

3. El Magisterio auténtico. Le ha sido encomendado el oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios, oral o escrita, y lo ejerce en nombre de Jesucristo.

En virtud del mandato recibido de Cristo y por un don especial del Espíritu Santo, el Magisterio tiene la misión de conservar el depósito de la fe en toda su integridad. Lo protege del error y juzga con autoridad las interpretaciones de la revelación que ofrece la Teología y él mismo ofrece consideraciones y desarrollos en torno a la fe.

Así, la Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio están tan unidos que ninguno puede subsistir sin los otros.


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