Que al nombre de JESÚS,
se doble toda rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos,
y toda lengua proclame
se doble toda rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos,
y toda lengua proclame
para gloria de Dios Padre:
«Jesucristo es el Señor».
«Jesucristo es el Señor».
(Filip.2, 10-11)
Cada 3 de enero la Iglesia celebra el Día del Santísimo Nombre de Jesús. “Éste es aquel santísimo
nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad, demandado con
gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, donado al llegar la
plenitud de la gracia”, decía San Bernardino de Siena.
“Ocho días después,
llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre
que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción” (Lc. 2, 21).
La palabra Jesús es
la forma latina del griego “Iesous”, que a su vez es la transliteración del
hebreo “Jeshua” o “Joshua” o también “Jehoshua”, que significa “Yahveh es
salvación”.
El Santísimo Nombre
de Jesús comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas del siglo XIV.
San Bernardino de Siena y sus discípulos propagaron el culto al Nombre de
Jesús. En 1530 el Papa Clemente VII concedió por primera vez a la Orden
Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús.
San Bernardino solía
llevar una tablilla que mostraba la Eucaristía con rayos saliendo de ella y, en
el medio, se veía el monograma “IHS”, abreviación del Nombre de Jesús en griego
(ιησουσ).
Más adelante la
tradición devocional le añade un significado a las siglas: "I", Iesus
(Jesús), "H", Hominum (de los hombres), "S", Salvator"
(Salvador). Juntos quieren decir “Jesús,
Salvador de los hombres”.
San Ignacio de
Loyola y los jesuitas hicieron de este monograma el emblema
de la Compañía de Jesús.
El Nombre de Jesús,
invocado con confianza:
-Brinda ayuda en
las necesidades corporales, según la promesa de
Cristo: "En mi nombre agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban
veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán
bien" (Mc. 16,17-18). En el Nombre de Jesús los Apóstoles dieron fuerza a los lisiados (Hch. 3,6; 9,34) y vida a los muertos (Hch. 9,40).
-Da consuelo en las
pruebas espirituales. El Nombre de Jesús le recuerda al pecador el padre del hijo pródigo y del buen samaritano;
al justo le recuerda el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero de Dios.
-Nos protege de Satanás y sus artimañas, ya que el diablo le teme al Nombre de Jesús, quien lo
ha vencido en la Cruz.
-En el nombre de
Jesús obtenemos toda bendición y gracia en el tiempo y la eternidad,
pues Cristo dijo: "lo que pidan al Padre se los dará en mi nombre." (Jn.16,23).
Por lo tanto, la Iglesia concluye todas sus oraciones con las palabras: "Por Jesucristo
Nuestro Señor", etc.
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