El amor y la paz son palabras que se usan muy
a menudo,
pero que muchas veces no tienen la referencia que es necesaria.
Ambos
términos proceden de Dios,
y es Jesucristo quien nos ofrece el amor de Dios y
su Paz.
Por eso pedimos en el Padrenuestro:
VENGA A NOSOTROS TU REINO,
el Reino
de Dios, que es verdad y vida, santidad y gracia, justicia, amor y paz.
REINO DEL AMOR Y LA PAZ
EL AMOR
DE DIOS
El Verbo se encarnó para que nosotros
conociésemos así el amor de Dios: "En esto se manifestó el amor que
Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por
medio de Él" (1 Jn 4, 9). "Porque tanto amó Dios al mundo que
dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga
vida eterna" (Jn 3, 16). (Catecismo de la Iglesia Católica, 458)
LA PAZ,
que procede de Dios
DE
SAN JUAN PABLO II
"¡Hombres y mujeres del tercer milenio!
Dejadme que os repita: ¡abrid el corazón a Cristo crucificado y resucitado, que
viene ofreciendo la paz! Donde
entra Cristo resucitado, con Él entra la verdadera paz".
"Nosotros los cristianos, en particular,
estamos llamados a ser centinelas
de la paz, en los lugares donde vivimos y trabajamos; es decir, se nos
pide que vigilemos para que las conciencias no cedan a la tentación del
egoísmo, de la mentira y de la violencia".
"La
verdad es fundamento de la paz: cuando cada individuo tome conciencia
rectamente, más que de los propios derechos, también de los propios deberes con
los otros".
“Por eso América: si quieres la paz trabaja
por la justicias. Si quieres la justicia defiende la vida. Si quieres la vida,
abraza la verdad, la verdad revelada por Dios”.
DE
BENEDICTO XVI
“Para llegar a ser un auténtico trabajador por la paz, es
indispensable cuidar la dimensión
trascendente y el diálogo constante con Dios, Padre misericordioso,
mediante el cual se implora la redención que su Hijo Unigénito nos ha
conquistado. Así podrá el hombre vencer ese germen de oscuridad y de negación
de la paz que es el pecado en todas sus formas: el egoísmo y la violencia, la
codicia y el deseo de poder y dominación, la intolerancia, el odio y las
estructuras injustas”
“Es necesario proponer y promover una
pedagogía de la paz. Ésta
pide una rica vida interior, claros y válidos referentes morales, actitudes y
estilos de vida apropiados”.
Que la Paz de Dios, que
supera todo lo que podemos anhelar, custodie nuestros corazones y nuestros
pensamientos en el conocimiento del amor de Dios y de su Hijo, Jesucristo. (de la bendición de
Vísperas)
Recuerda que es tu deber trabajar por la restauración de la PAZ DE CRISTO EN EL REINO DE CRISTO (de la fórmula de entrega del distintivo de la Acción Católica Argentina)
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