Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

28 de noviembre de 2014

LAS DOS VENIDAS DEL SEÑOR


Y SU REINO NO TENDRÁ FIN
De la plenitud de los tiempos a la consumación del mundo.

San Cirilo, Obispo de Jerusalén (siglo IV),
fue proclamado doctor de la Iglesia por León XIII en 1882.
Sus célebres “Catequesis” constituyen uno de los más preciosos documentos de la antigüedad cristiana.
He aquí su palabra siempre actual sobre las venidas de Cristo, cuyo recuerdo se hace fuertemente presente en la espera de la Navidad, en consonancia con el título de este blog: ADVENIAT REGNUM TUUM.


“Anunciamos la venida de Cristo. Anunciamos no sólo la primera, sino también la otra, mucho más gloriosa que aquélla. La primera se realizó en la humillación, la segunda traerá consigo la corona del Reino.

“Porque en nuestro Señor Jesucristo todo presenta una doble dimensión. Doble fue su nacimiento: uno de Dios, antes de todos los siglos; otro, de la Virgen, en la plenitud de los tiempos. Doble su venida: una en la oscuridad y calladamente, como lluvia sobre el césped; la segunda, en el esplendor de su gloria, se realizará en el futuro. En la primera venida fue envuelto en pañales y recostado en un pesebre; en la segunda, estará envuelto en un manto de luz. En la primera, fue despreciado, sufrió la ignominia de la cruz; en la segunda, vendrá lleno de poder y de gloria, rodeado de todos los ángeles.

“Por lo tanto, no nos detengamos sólo en la primera venida, sino esperemos ansiosamente la segunda. Y así como en la primera dijimos: Bendito el que viene en el nombre del Señor , en la segunda repetiremos lo mismo cuando, junto con los ángeles, salgamos a su encuentro y lo aclamemos diciendo: Bendito el que viene en el nombre del Señor .

“El Salvador vendrá no para ser juzgado nuevamente, sino para convocar a juicio a quienes lo juzgaron. Él, que la primera vez guardó silencio mientras era juzgado, dirá a quienes se atrevieron a insultarlo cuando pendía en la cruz: Esto hiciste y callé .

“Entonces, vino para cumplir un designio de amor, enseñando y persuadiendo a los hombres con dulzura; pero después –lo quieran o no– necesariamente tendrán que someterse a su reinado.

“De aquellas dos venidas habla el profeta Malaquías: Y vendrá a su templo el Señor a quien buscáis . Esto lo dice de su primera venida.

“Y de la otra dice: El mensajero de la Alianza que vosotros deseáis. Aquí está, ya viene el Señor todopoderoso. ¿Quién podrá resistir el día de su llegada? ¿Quién permanecerá de pie cuando él aparezca? Porque él es como el fuego de los fundidores y como la lejía que blanquea la ropa. Se sentará como el obrero que funde y purifica la plata.

“Y Pablo, en su carta a Tito, nos señala las dos venidas con estas palabras: La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y las concupiscencias del mundo, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, aguardando la feliz esperanza y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. Mira cómo nos muestra la primera venida, por la cual da gracias, y la segunda, que nos la hace esperar.

“Por eso, ahora se nos enseña el objeto de la fe que profesamos, para que creamos en Aquél que subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre, y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a los vivos y a los muertos, y su reino no tendrá fin.

“Vendrá, por tanto, nuestro Señor Jesucristo desde el cielo; vendrá glorioso en el último día al fin del mundo. Y entonces será la consumación de este mundo, y este mundo que una vez fue creado será totalmente renovado.”


(la foto es un Cristo Juez, en la bóveda de la iglesia bizantina del Salvador, en Chora, Estambul, en el día en que el Papa Francisco visita Turquía)

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